*Manto Otoñal*
De la época en que volvió a su isla sólo se sabe que era otoño, la estación de la renovación, y de forma poética Zha'kor sintió que debía hacer lo propio consigo mismo.
Prácticamente nada que pudiese imaginar nuestro legendario herrero era imposible de forjar para él, y en éste caso era como si quisiera ponerse a prueba él mismo. Se inspiró en el otoño para forjar algo nuevo, algo que pudiese ofrecer como regalo inspirador a su querida Aislinn antes de reunirse con ella, su amada bajo las profunidades del océano, que era cuánto deseaba hacer.
Para ello deseaba recrear un aspecto del mundo terrestre exterior, y nada más inspirador que el propio otoño. Usó una hoja de cada clase de árbol de su ísla, recorrió cien veces el terreno y sobre cada una forjó diferentes propiedades, como si de cientos de creaciones se tratase, y luego las juntó todas en una capa conocida como "Manto Otoñal".
Se trata de una capa armada, con una característica única: se repara a sí misma, tiene propiedades regenerativas propias del mismísimo otoño y sí, forjó las capacidades de la estación en un artefacto. Tal era su habilidad.
Tras ésta proeza, consideró digno al manto otoñal como regalo hacia su amada nereida, un mato de tonos rojizos como sus cabellos. Se cuenta que su encuentro fue tan tremendo y pasional, que tras eso el manto desapareció de las costas de Garra, su isla.
Se ha oído hablar de algun druida que ha llegado a portarla, imagínate compañero, un druida con una capa de protección y regeneradora. Su poder era incalculable.
pero no lo olvides viajero, tras toda esta historia lo importante es que de la época en que volvió a su isla sólo se sabe que era otoño, la estación de la renovación, y de forma poética Zha'kor sintió que debía hacer lo propio consigo mismo... y así nació el manto otoñal.
Y pensar que después del manto forjó su último avatar... ¿Quieres oírlo?, acércate compañero viajero, no es fácil explicar lo que ocurrió en la vida de Zha'kor en los siguientes días que transcurrieron en su isla, y mucho menos razonar los motivos de su inspiración.
Prácticamente nada que pudiese imaginar nuestro legendario herrero era imposible de forjar para él, y en éste caso era como si quisiera ponerse a prueba él mismo. Se inspiró en el otoño para forjar algo nuevo, algo que pudiese ofrecer como regalo inspirador a su querida Aislinn antes de reunirse con ella, su amada bajo las profunidades del océano, que era cuánto deseaba hacer.
Para ello deseaba recrear un aspecto del mundo terrestre exterior, y nada más inspirador que el propio otoño. Usó una hoja de cada clase de árbol de su ísla, recorrió cien veces el terreno y sobre cada una forjó diferentes propiedades, como si de cientos de creaciones se tratase, y luego las juntó todas en una capa conocida como "Manto Otoñal".
Se trata de una capa armada, con una característica única: se repara a sí misma, tiene propiedades regenerativas propias del mismísimo otoño y sí, forjó las capacidades de la estación en un artefacto. Tal era su habilidad.
Tras ésta proeza, consideró digno al manto otoñal como regalo hacia su amada nereida, un mato de tonos rojizos como sus cabellos. Se cuenta que su encuentro fue tan tremendo y pasional, que tras eso el manto desapareció de las costas de Garra, su isla.
Se ha oído hablar de algun druida que ha llegado a portarla, imagínate compañero, un druida con una capa de protección y regeneradora. Su poder era incalculable.
pero no lo olvides viajero, tras toda esta historia lo importante es que de la época en que volvió a su isla sólo se sabe que era otoño, la estación de la renovación, y de forma poética Zha'kor sintió que debía hacer lo propio consigo mismo... y así nació el manto otoñal.
Y pensar que después del manto forjó su último avatar... ¿Quieres oírlo?, acércate compañero viajero, no es fácil explicar lo que ocurrió en la vida de Zha'kor en los siguientes días que transcurrieron en su isla, y mucho menos razonar los motivos de su inspiración.
Mauricio Folk.
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